El haber pasado mes y medio conviviendo en las comunidades mayas de Yucatán, nos ha dado la oportunidad de conocer también a fondo las maravillas de este estado, sus paisajes y su gastronomía. No hemos podido estar en todos sitios, pero podemos contarte acerca de los que hemos podido visitar y otros lugares que nos han recomendado otros mochileros por el camino.
- Mérida. Después de Ciudad de México, es una de las ciudades más modernas que hemos visto, pero con toque colonial. Su centro histórico es muy bonito y hay una gran variedad de restaurantes internacionales además de loncherías, puestos callejeros donde sirven comida yucateca tradicional, y donde te recomendamos ir. Lo mejor son los alrededores: hay muchos cenotes. No pudimos ir a ninguno porque estuvimos de pasada, pero nos recomendaron Xacla, San Ignacio, Kankirixche y Xbatun.
- Valladolid. Nos encantó la ciudad de Vallodolid, muy pequeñita, llena de casitas de colores, con su zócalo y su mercadillo de los domingos. Te recomendamos probar las marquesitas del puesto de Tío Batman, en la plaza central.
- Cenotes. Sin duda el mayor atractivo turístico de Valladolid son los cenotes de alrededor. En la misma ciudad está Zaci, al que puedes ir por solo 30 pesos la entrada. Pero a nosotros los que más nos gustaron fueron Oxmal, Ik Kil, Samula y Kekém y Yokzonot. Cuestan entre 50-80 pesos entrar pero puedes estar todo el día, entrar y salir. Yokzonot es el menos visitado pero no por eso menos hermoso. Es abierto, lleno de raíces y de aguas verdes. Samula y Kekém están conectados. Uno es subterráneo y el otro abierto y los dos son hermosos. Ik Kil es el más turístico por su proximidad a Chichen Itzá, pero merece la pena porque está lleno de vegetación y tiene cascadas alrededor. Pero sin duda nuestro favorito fue Oxmal. Si duermes allí entras solo, el agua es azul intenso y está rodeado de troncos y raíces que se hunden en el agua. Además, tiene una cuerda desde la que puedes saltar ¡y es genial! Otros viajeros también nos han recomendado las Palomitas y Agua Azul.
- Chichen Itzá. Maravilla del mundo, es una gran pirámide maya. No pudimos visitarla porque se salía de presupuesto y ya habíamos estado en Teotihuacán, Yaxcabá y Palenque, pero si tienes la oportunidad de ir no dudes en verlo. La entrada cuesta unos 30 euros por persona.
- Islas. Holbox, Isla mujeres, Cozumel. En la costa de Quintana Roo lo más molón son las islas. Nosotros elegimos Holbox. Fuimos un día. El Ferry es el más barato (sale 150 pesos ida, a diferencia de los 250 que cuesta ir a Isla Mujeres o Cozumel) y el alojamiento es relativamente barato en comparación a otras islas. Solo pudimos ir un día porque no podíamos cruzar la autocaravana en barco y no queríamos dejarla sola muchos días en el mismo lugar. Pero realmente Holbox tiene mucho que hacer. A nosotros nos encantó el ambiente mochilero, la variedad, las playas. Punta Cocos fue nuestra favorita. Dicen que si vas en julio además puedes ver la bioluminescencia y nada con el tiburón ballena. Pero aún si vas en otra época te va a encantar. Es el ambiente perfecto entre relax y vida en la calle. Puedes estar solo en la playa o en una calle llena de música y ambientazo. A Cozumel e Isla Mujeres no fuimos, pero por otros viajeros nos dicen que también merecen la pena, aunque son más turísticas y caras en cuanto a actividades (buceo, snorkling…)
- Ribera Maya. Cancún, Akumal, Tulum. La ribera Maya no estaba en nuestros planes, pero pinchamos una rueda y tuvimos que cambiarla en Cancún porque era el único lugar donde tenían ruedas de camión. Sinceramente: si vas como nosotros tipo mochilero y sin mucha pasta, puedes saltarte la Ribera Maya entera. En Cancún todas las playas menos playa Langosta y Tortugas son privadas. Pertenecen a cadenas hoteleras 5 estrellas all inclusive, e incluso las playas públicas nos parecieron feas, ya que todo está rodeado por edificios y hoteles. No es nuestro rollo. En Akumal y Tulum puedes encontrar algo que se ajuste más a tu bolsillo, pero en nuestro caso, tampoco pudimos ver nada. De nuevo, todo está privatizado, en lugar de por hoteles por “beach clubs” que se salían de nuestro presupuesto y a los que no dejan acceder con mascotas, y nosotros ¡no sin nuestro Chucho! En los dos beach clubs donde se podía ir con mascotas no había aparcamiento: todos los aparcamientos de Tulum también son privados y está petados. Quizá si vas con mochila, sin perro ni auto, tengas otra perspectiva distinta a la nuestra.
- Mahahual. Este pequeño pueblo pesquero tiene una playa enorme que no tiene nada que envidiarle a las playas de Ribera Maya. De hecho, forma parte de Ribera pero no está aun explotado por el turismo, solo algunos barcos de crucero que llegan algunos días en la mañana y se marchan a las 4. El resto del día, solo hay locales y algunos mochileros que buscan relax. El color del agua es precioso y puedes hacer snorkel gratis y ver tortugas, manta rayas, y con suerte, manatíes. El ambiente del pueblo es súper hippie y colorido, nos recordó mucho a nuestro El Palmar en sus mejores épocas. Si hablas con los pescadores de la zona consigues pescado recién cogido y delicioso. ¡A Chucho le encantó!
- Bacalar. Impresionante laguna de siete colores. Debido a las distintas profundidades y al azufre, si os coge un buen día de sol podréis ver siete tonalidades entre azul y verde en sus aguas. Además de la laguna principal se puede visitar el cenote negro (por sus más de 120 metro de profundidad) o de la bruja ( dicen que pertenecía a una mujer de la que dijeron que era bruja para poder asesinarla y quitarle sus tierras), el cenote azul o el cenote de coralinos donde se pueden ver las rocas vivas o estromatolitos. Además de toda la belleza natural es un pueblo con mucha vida y música en directo en todos los bares para disfrutar una vez se acuesta el sol.
Para nosotros, la gastronomía es fundamental en la cultura de un pueblo. Si tienes la ocasión de ir, tienes que probar sus platillos típicos:
- Relleno negro. El relleno negro es un platillo de la gastronomía yucateca, basado en pavo, carne de cerdo y mezcla de chiles. Se prepara tradicionalmente en el mes de noviembre en una festividad llamada Hanal Pixán.
- Salbutes. Consiste en una tortilla de maíz frita en aceite o manteca de cerdo, de manera que queda un poco inflada y suave, servida con lechuga, tomate en julianas, cebolla curtida, carne de pavo o pollo deshebrada y aguacate. También de relleno negro.
- Panuchos. Es una pequeña tortilla de maíz hecha a mano, a las que se le hace un corte por el que se mete un guiso hecho a base de frijol y que luego es freída en aceite o manteca de cerdo. Posteriormente se adorna con hojas de lechuga, carne de pavo guisada, o carne de pollo o relleno negro, tomate y cebolla previamente sazonada con naranja agria y sal, aguacate, zanahoria y recado colorado (una pasta de semillas de pipián, chile y achiote). Se pueden acompañar con una cantidad extra de salsa picante.
- Papadzules. Son un platillo tradicional de la gastronomía de la Península de Yucatán, en México. El nombre significa, según algunos mayas, el alimento del amo (del maya papa, alimento, y Ts'ul, amo o caballero no perteneciente a la clase popular), o bien embarrado y remojado (de papak, embarrar, y zul, remojar). Son un platillo mestizo, con claras influencias indígenas. Es un plato relativamente sencillo que consiste en tortillas de maíz rellenas de huevo cocido (a manera de tacos) y bañados con una salsa verde de pepitas de calabaza y salsa de tomate con chile habanero.
- Poc-Chuc. Carne de cerdo al carbón, que es marinada en naranja agria y cocinado a la plancha o en parrilla. Es frecuentemente servido con una guarnición de arroz, cebollas encurtidas moradas, frijoles refritos y aguacate.
- Marquesitas. Deliciosas las marquesitas, son una mezcla entre crepe y barquillo que comúnmente se rellena de queso de bola rallado, pero también le puedes poner nutella, cajeta (como caramelo), fresas, plátano…las más originales que hemos visto (con mango, kiwi, leche condensada y otras deliciosas mezclas) son las del puesto callejero de tío Batman en la plaza principal de Valladolid, son algo más caras (50 pesos en vez de 30 o 35) pero riquísimas.
- Pan de cazón. Una especie de lasagna a base de tortillas, cazón, tomates, habanero, frijol y especias, capa a capa. Muy rico.
- Brazo de reina. Un plato que se prepara a base de chaya, tortillas, manteca de cerdo, plátano, pepitas de calabaza, tostadas y molidas, huevos duros, y jitomates. No te vayas sin probarlo, mejor en mercados.
- Pescado fresco. En las zonas costeras puedes comprar pescados frescos, recién cogidos. Habla con los pescadores y pide precio. Suele ser baratísimo y no hablemos del sabor, sobre todo si tienes la ocasión de hacerlo a la brasa o a la leña en algún camping. Para disfrutarlo a la mexicana, acompáñalo de lima y la famosa mayonesa Cormick de con sabor limón y unas tortillas, no te arrepentirás.
- Ceviche frito de pulpo. El ceviche es un plato consistente en carne marinada ―pescado, mariscos o ambos― en aliños cítricos. Lleva aguacate, cilantro, un poco de chile, lima y pulpo frito.
- Cochinita pibil. La cochinita pibil es un guiso correspondiente a la gastronomía yucateca, basado en carne de cerdo adobada en achiote, envuelta en hoja de plátano y cocida dentro de un horno de tierra. Riquísimo.
- Chaya con huevo. Esta planta tiene unas hojas muy populares en México y Centroamérica, donde se cocinan, preparan y consumen como las espinacas. Sus hojas llegan a ser muy recomendadas en la medicina tradicional, debido a que posee nutrientes y componentes con propiedades medicinales. Se come con revuelto de huevo y en taco.
- Frutas: el zapote y el mamey. La palabra zapote, del náhuatl tzapotl, es el nombre usado para varias frutas tropicales de sabor dulce y textura cremosa. Buenísimo. El mamey es un tipo de zapote y se usa mucho en salsas, helados y licuados.