- Cuando un pájaros cantan, sus canto dicen historia. Nos avisan de peligros. Nos dan de los consejos. Nos describen todos de los caminar. Por eso, desde pequeño somos, aprendemos a escuchar ellos. Escuchamos nosotros, sus almas de ellos.
Dicen y yo miramos a los niños, sentados bajo la palapa, chocita de ramales y heno. Dibujan en uno de los cuadernos que les hemos regalado. Desde allá las vistas de la Sierra Nevada, un maravilloso paisaje sin parangón donde uno divisa playas paradisíacas al horizonte, selva y nieve en los picos nevados de la cordillera, son espectaculares. Quitan el aliento. Los pequeños están alegres porque esta vez pueden pintar las aves con nuevos hermosos colores de madera. Conocen casi todas las especies de aves colombianas, y son capaces de distinguir sus sexos y sus hábitats de origen. Yo ojeo el libro de aves con inmensa curiosidad. Hay especies prácticamente imposibles de diferenciar.
Francisco es Kogui. Se balancea en la hamaca. Siempre que le hacemos alguna pregunta, mira al cielo o al río antes de responder. Se toma su tiempo. Viste de blanco y lleva multitud de collares de perlitas de colores, esas que llaman Shakiras, colgando de su cuello, al igual que todos los hombres y mujeres Kogui de su aldea. Lleva su largo cabello negro y brillante recogido en una coleta. Su padre, Agustín, es el Mamo de la comunidad, el líder espiritual, y él aprende de su padre.
Mientras nos habla, no suelta su poporo, un recipiente sagrado hecho de una gran semilla que, según nos dijo antes, contiene cal marina en su interior. El poporo tiene un orificio donde se ensarta un palo, que al sacarlo retiene la cal marina. La cal de su interior, sirve para acentuar los efectos de las hojas de coca que los hombres Kogui (especialmente el mamo) pasan el día mascando. Así tienen menos hambre, y menos sueño. Más concentración.
Los Kogui, bajitos aunque en muy buena forma física, tienen facciones exóticas y hermosas, tanto ellos como ellas, y todos visten de blanco. Ellas, con un solo paño enrollado y ceñido al cuerpo, hasta las rodillas. Ellos de pantalón y blusa holgados.
Todos, tanto hombres como mujeres, lucen hermosos y coloridos collares de cuentas shakiras y largos cabellos negro ébano hasta la cintura, las mujeres suelto y los hombres, a veces, recogido en coleta. Solo el mamo luce un sombrero blanco. Definitivamente, las familias Kogui parecían sacados del típico documental selvático de National Geographic.
- ¿Por qué las aves? - pregunta Dicen con curiosidad. Me había robado la pregunta.
- Porque aves- nos cuenta lentamente, mientras mira al cielo- son almas de persona. Personas hijos de mamo, que no sabo completar sus misión de vida. Todos las personas, aprendemos hacer cosas. Uno caza, otros pesca, otros guía. Algunos no quieren saber. Esos castigados son aves. Entonces, hay personas que debió ser cazadoras , pero no pudo y que deben aprender cazar en vida de ave, como águilas; otros ave que pescan, porque ni aprendieron pescar cuando persona fueron. Ahora deben pescar toda vida de ave. Si me entiende- nos mira, y asentimos con respeto- Bueno. Mucha gente no entiende- dice, con la mirada perdida en el cielo- Nosotros sí, porque guardamos conocimiento de Tierra. Mamo sabe y él cuenta cada noche. Para no perder saberes. Somos guardianes de saber, de muchos años, desde que Tierra empieza.
Francisco habla Kogui, su lengua. Aprendió castellano de algunos extranjeros. Pero se nota muchísimo que no es su lengua materna. Aun así, se hace entender bastante mejor que el resto de su familia, y es más abierto a compartir y conversar. Francisco nos ha contado en la mañana muchas cosas de su cultura que me inquietan, y quiero saber más y más sobre su cosmovisión, una cosmovisión extensísima de la que solo conozco una pequeña parte, que es esta que quiero compartir contigo. Una pequeña parte que, aunque te vaya a sonar rara, creo que te va a hacer, sino menos, reflexionar, igual que me hizo a mí. Para que comprendas de base la cultura de Francisco, voy a contarte un poquito sobre de donde vienen.
La etnia Kogui, originaria de la Sierra Nevada colombiana, zona norte, es pura desde tiempos remotos: no hay mestizaje ni criollos. Es de las etnias más puras de Latinoamérica. Tuvimos la oportunidad de convivir unos días con ellos y realizar actividades con los niños, así como llevarles útiles de escuela. Contactamos gracias a un amigo que se había criado con ellos. Este amigo nos contaba que los Kogui se han mantenido aislados en las montañas de la Sierra Nevada por siglos, y son auténticos guerreros: ni la conquista en 1492, ni las colonias, ni la guerrilla, han podido retirar a los Kogui de sus territorios, y continúan en pie de guerra hoy día contra las grandes empresas transgénicas y otros grandes monstruos comerciales como Endesa, que, según dicen, desea retirar las tierras a los Kogui para tomar el litio de las tierras de Santa Marta para la creación de placas solares.
Lo más interesante de toda su cultura además de este carácter guerrero es, sin duda, lo siguiente: los Kogui afirman ser los conocedores de los saberes ancestrales de la Tierra, y sus protectores y guardianes naturales. Dado que no han tomado contacto con la modernidad y están totalmente apartados del sistema, dicen conocer la esencia de la Madre Tierra que es, para ellos, la más sagrada divinidad. Esto lo han conseguido a base de mantener su esencia, su pureza, sus costumbres y horas de calmas meditaciones. A base de no admitir visitas, ni turistas, ni entrar de forma alguna dentro del sistema social capitalista y consumista que conocemos. Los Kogui entraron en contacto con el hombre blanco por primera vez en 1987, cuando la BBC grabó un documental sobre la guerrilla, y muchas de sus comunidades siguen completamente aisladas del mundo moderno. Así como, según ellos afirman, existen otras comunidades completamente aisladas en otros países y continentes con las que se comunican, y que también son guardianes del conocimiento, al igual que lo eran otras civilizaciones ya extintas, como los egipcios, mayas, aztecas, incas…
Tienes la libertad, tú que me lees, de pensar que todos estos cuentos que voy a contarte, no son más que cuentos. Sin embargo, es cierto que sus casas están completamente alineadas con las Constelaciones, son amplios conocedores de la medicina natural, lo que les hace mantenerse curiosamente jóvenes (durante, según cuentan ellos, más de 100 años) y afirman que sus Mamos (líderes espirituales, los primeros Hombres, los sabios) saben escuchar la voz de Séineken, la Madre Tierra.
- Francisco…¿has dicho que los Koguis sois guardianes del saber? ¿Qué significa?
- Significa que somos. Nosotros protegemos Séineken. Madre Tierra. Tenemos del saber ancestral. Más saben los mamos, pero ellos comparten con todo pueblo, cada noche, alrededor de fuego. Nosotros somos único de conocer el Universo, y que hablan con él. Pero no tenemos por escrito, todo es oralidad. Mamos cuentan en las noches las historias en la hoguera, y transmiten saberes durante años. Porque cuando hombre escribe, hombre transforma. Igual que libros sagrados de otros, como Biblia. Antes tenían las verdades. Pero hombre blanco escribe y destruye verdades, malinterpretan ¿Sí me entienden?
Asentimos con la cabeza. Francisco agacha la cabeza, y se acerca a nosotros, despacio, mientras señala al cielo.
- Muchas gentes acá no quieren ustedes sepan, porque nosotros guardianes es de saber de tierra- nos dice Francisco, mirándonos fijamente en lo que parece un momento de lucidez, tras una larga divagación visual por los cielos- pero yo siento que ustedes puros, y yo si comparto cosas para que gente blanca sepa, y cuide.
Miramos alrededor. Sinceramente, la estampa de esta comunidad es la más impresionante y auténtica que hemos visto nunca. Multitud de pequeñas chozas de ramitas de estructura circular, con tejados hechos de paja, que según habíamos oído estaban perfectamente alineadas con las Constelaciones, como las antiguas Pirámides egipcias, mayas o aztecas.
- Me sorprenden vuestras casas. ¿Cómo las construyen?
Francisco se incorpora en su hamaca, y agita su mochila. Lleva piedras calientes donde guardan las hojas de coca para que se sequen de manera natural. Para ellos, es una planta sagrada.
- Casas son como cuerpo de personas. Tienen vida también- nos cuenta mientras sigue sacudiendo su zurróm-Techo es pelo, cuerpo es palos, interior es corazón, y por eso dentro de cada hogar siempre hay un fuego prendido, alrededor del cual se reúnen las familias cada noche. Al construir hogar, tardamos unos días en hacerla, pero casi un año en reunir materiales. Hay que preguntar por permiso de cada palo, cada hoja.
- ¿Un año en reunir el material? ¿A quién piden permiso, al mamo? - pregunto, extrañada.
- No, a Seíneken. Vamos con Mamo sí, y pedimos permiso a Séineken de agarrar sus hijos. Hay que preguntar por permiso de cada palo, cada hoja. Uno va al Mamo, Mamo sube al monte a hablar con Madre Tierra, y ella responde. A veces dice sí puede, otras no puede agarrar este palo porque árbol hay pocos de este. Hijos de Séineken son todo. Piedras, pescados, animal, aguas, palo, hojas, todos son hijos con almas, como nosotros de Madre Tierra. Por eso si quiero comer un pescado, voy Mamo y pregunto si yo puede, y él pregunta Madre Tierra si yo puede.
Francisco hace una pausa, abre los brazos, y mira a su alrededor, como mostrándonos todo lo que hay: árboles, agua, pájaros, animales.
- Hombre blanco destructor es, porque agarra hijos de Séineken como suyos fueran pero ¡nos! No es asís las cosas- dice seriamente y con enojo- porque desangran Madre, le quitan su sangre de sus petróleo y no preguntan si es permitido por Madre. Por eso rompen equilibrio de Tierra y provocan cambios malos. Hombre blanco creerse más listo que Madre, pero es contrario. Mamo dice que problema de hombre blanco es no saber qué hace en Tierra. Perro sabe cuál es su papel, y no quejas. Abeja sabe su destino y no quejas, no abusos. Hombre dice: Mira yo se esto y lo otro, y se presume y se piensan poderosos, y toman cosas como suyas, pierden respeto. Pero nosotros fuimos nacidos del barro, de tierra vinimos, y en tierra vamos a volver. ¿Entienden? Hombre no posee Tierra, Tierra posee al hombre. Al final, hombre es pasajero en Séineken. Significa que primero fue Tierra, luego seres microscópicos en agua. Muchos años luego, seres cambian, evolucionan en animales de tierra…y luego hombre. Hombre no es nadie respecto a todo lo demás. Solo pocos años lleva en Tierra, y destruyen todo…
Su explicación me recordó muchísimo a esa frase bíblica, “polvo eres y en polvo te convertirás” y por primera vez sentí que entendí el significado. Somos Tierra, porque procedemos de la Tierra, y cuando muramos volveremos a ser parte de la Tierra, que estaba antes de nosotros y seguirá después, inalterable. ¿Qué es el hombre y su corta vida en la Tierra, en comparación con más de 65 millones de años de existencia en la que nosotros no estábamos presentes? ¿Qué derecho tenemos a creer que la Tierra es nuestra, que nos pertenece, que podemos sacar de ella todos sus recursos, toda su sangre como decía Francisco, y no pagar consecuencias? La Tierra no es del hombre: el hombre es de la Tierra. Nace gracias a ella, come y bebe gracias a ella, se reproduce gracias a ella, y muere en ella. Y ella continúa su curso después de nuestro paso. Me asombra el increíble respeto que tienen hacia la Tierra, su equilibrio natural y su funcionamiento.
- Mamos protejo el equilibrio de la Tierra, que el hombre blanco destruye desde hace muchos años. Aunque ya tarde- termina su relato con preocupación, tumbándose de nuevo en la hamaca.
- ¿Cómo que ya tarde?
- Tarde para ti y mi. Séineken sigue. Ella estaba antes de todo, y sigue después. Mamos dicen que cambios es inevitable. ¿Ustedes no saben ver? Donde no debe llover hay lluvia, donde debe haber sol es frío. Donde debe llover, hay sequías. Polos se descongelan, suben temperaturas. Todo cambia. Cambian atmósfera y núcleos en la Madre. Mamos dicen que cuando caiga la última gota de nieve de los picos de Sierra Nevada, mundo como conocemos es su final. Mi abuela dice que, llegarán lluvias fuertes, y todo acaba para hombre. No de esta generación, fuerte se reúnen los Mamos y suben monte para orar, en las cuevas, muchas veces, muchos días suben, más que nunca, intentando. Pero pronto en otras generaciones prontas, diluvios llegan y hombres mueren. Pero Séineken sigue.
Entendí que los Koguis ven al hombre blanco y a sus actividades mineras, de construcción, y a los que contaminan el medio ambiente como enemigos de la Gran Madre y de Séineken. Hablan del cambio climático como consecuencia de la mala acción del hombre blanco desde tiempos primitivos, antes de que nosotros nos planteáramos si quiera qué significaba cambio climático, y los Mamos suben a orar, a las cuevas a intentar mediar por el equilibrio de la vida. “Diluvios llegan”. De nuevo sus teorías me recuerdan a los libros sagrados: el diluvio universal, el Apocalipsis, el fin del hombre…
En medio de toda la reflexión, caí en la cuenta de un detalle que me había llamado la atención de la explicación de Francisco. Él había dicho, “Significa que primero fue Tierra, luego seres microscópicos en agua, muchos años, seres cambian, evolucionan en animales de tierra…y luego hombre” ¡Madre mía! Estaba hablando de la teoría de la evolución de Darwin. ¿Cómo sabían que la vida había comenzado en el agua?
- Francisco… ¿Qué piensan ustedes, los Kogui, sobre el origen de la Tierra? ¿De dónde venimos?
- La vida- continua Francisco. Me recuerda a los poetas bohemios pero todo vestido de blanco, como una especie de profeta- empieza de uniones contrarios. Todo en mundo es contrarios, ¿lo ven? No hay luz sin oscuridad, noche sin día, luna sin sol, dos son importantes para el engranaje de la vida. No hay lluvia sin fuego. Porque sin luz, no evapora el agua, y no llueve. Ni fuego sin agua, por eso núcleo de volcanes regulan temperaturas del núcleo de la tierra por aguas subterráneas. No hay hombre sin mujer, ni contrario, femenino y masculino se requieren para vida. Los puntos cardinales de la Tierra: no hay norte sin sur, ni este sin oeste. Todo está conectado en un núcleo, fuente de energía. Todo tiene un sentido ya- vuelve a recostarse en la hamaca- En el origen, todo era oscuridad, envolvente. Un rayo de luz, penetra la oscuridad, como hombre penetra mujer, y vida se concentra, energía se une, y todo explota. Una explosión de vida conforma la Tierra, y en el agua comienzan microorganismos que van creciendo como animales, luego animales de Tierra, y luego hombre.
Nos quedamos de hielo. Pensarás que toda esta entrevista (que no grabamos en vídeo por respeto a Francisco y su familia) suena a película de ciencia ficción. Sin embargo, ¿no coincides conmigo en que la cosmovisión Kogui sobre el origen de la vida en la tierra es escalofriantemente parecida a la teoría del Big Bang? Las explicaciones en términos biológicos que utilizan sobre el funcionamiento de la Tierra, son sorprendentemente apuntadas y coincidentes con las de la biología, geología y la ciencia moderna. Puedes creer o no, todo lo que te estoy intentando relatar a través de nuestro diálogo con Francisco. No es fácil, puesto que la información es muy extensa. Quizá todo lo que estés leyendo, te suene a cuento chino. Pero cuando acabes de leer, pongo la mano en el fuego a que reconocerás que, sin haber estado nunca en contacto con el hombre blanco, ni las máquinas, ni las ciudades; sin haber sabido nada de ciencia, sin haber estudiado nada en la escuela, sin haber conocido las teorías de Darwin... Es decir, simplemente, hablando como ellos dicen, durante siglos con la naturaleza… es al menos, intrigante, curioso, que dispongan de todo ese conocimiento de una manera tan científicamente precisa.
Francisco vuelve a mover el palo de su poporo y lo saca, metiéndose la cal marina en la boca. Sus dientes están ennegrecidos de las hojas de coca.
- ¿Por qué todos los hombres llevan el poporo y no las mujeres? - pregunta Dicen
- Hombres llevan poporo, porque poporo es mujer. Mujer teje, pero todo es lo mismo. Poporo es penetración, la fecundación. Entra y sale palo de la semilla. Costura de mujer es los mismos. Agujas sale y entren en hilos. Unión para nosotros es sagrada. Es el pagamento más sagrado que damos a Séineken, eso es orines de mujer con fluidos en la Tierra, cuando termina un acto sexual.
No entendíamos nada. ¿Hacer pis en la tierra con restos de flujo y semen después del coito, es un pagamento sagrado? Francisco debe suponerlo, porque nos mira risueño, y prosigue su explicación.
- Nosotros pedimos Séineken por permisos, ya saben. Mamo pregunta y ella contesta. Si podemos tomar un pez, una ramas, unas hoja. Luego, hay que agradecer. Son pagamentos que se hacen a las madres de los hijos. Allá arriba en el montes de la Sierra, mamo sube, él sabe los lugares. Donde vive madre de pez, madre de agua, madre de hojas. Todo tiene su madre. Allá Mamos colocan pagamento, ofrenda para Séineken, para dar gracias de sus favor, y de permitirse agarrar de sus hijos para nuestro uso. Son rituales para dar gracias. Y mejor forma de dar gracias, es ofrecer nuestros fluidos, porque agua es sagradas, y unión es sagradas. Vida nace de luz con oscuridad. La luz penetra la oscuridad, y explota la vida, que empieza en el agua. El agua es el origen de la vida. Los ríos se unen al mar. Unión y vida. Personas somos hechos de agua. Sangre corre en venas como ríos hacia el mar. Nuestras aguas, fluidos corporales, se unen y nacen bebés. Unión y aguas. Todo es vida. Unión y aguas es igual a vida, y vida es sagrada. Vida es un regalo que dan las uniones de nuestras aguas, un regalo de Séineken, y de La Gran Madre.
- ¿La Gran Madre?
- Haba, La Gran Madre, es nuestro Dios, como su Dios de los cristianos pero para nosotros…es la gran figura creadora, la «Gran Madre» (Haba) Haba es guía y de ella provienen toda la fuerza del Universo y la naturaleza. La tierra es su ser viviente, la Madre Tierra, Séineken, que nosotros cuidamos. Pero tierra no es solo lo que ustedes ven…
Entonces Francisco nos habla de mundos paralelos: las dimensiones. Según nos dice, el mundo se concibe como dos pirámides sostenidas sobre una misma base. Internamente, lo conforman nueve mundos o dimensiones, cada una con su propia tierra y sus propios habitantes, que aquellos que han perdido la conexión con la Madre no son capaces de ver ni sentir. La vida en la tierra tal y como la conocemos, está ubicada en el quinto piso. Hacia arriba los mundos están emparentados con la luz, y hacia abajo están emparentados con la oscuridad. De nuevo, la antítesis. La luz y la oscuridad. El bien y el mal.
Koguis creemos en mundo místico. Esto es Aluna. Los Mamos conectan con Aluna. Ellos ven y oyen, todas versiones de vida en Tierra. Por eso Mamos es muy importantes en familias Kogui.
- Francisco, ¿cómo se elige a un Mamo?
- Oh, no es fácil, Mamo nace, otro Mamo dice a la madre “su hijo está naciendo Mamo” y madre decide, porque preparar Mamo es difícil y requiere de gran sacrificio. Cuando nace un Mamo, otro Mamo llevar bebé en cueva, allí le instruye y enseña todo, a hablar con Aluna, con Séineken.
- ¿Te refieres a que metéis a un bebé en una cueva hasta que cumple 18 años? ¿Y su madre no puede verle?
- Sí a veces, pero niño no debe salir de cueva, porque cueva es sagrada, es útero de tierra. Cuevas conectan con núcleo. En cueva donde mayor energía de Tierra hay. Mucha energía, mucha magia. Ahí aprenden Mamos, allá oran, allá realizan curaciones, siempre en cuevas…
Así Francisco nos cuenta como los Kogui preparan desde el nacimiento a sus sacerdotes, llamados Mamo, para el mundo místico que denominan Aluna. En este mundo espiritual, los Mamos actúan para ayudar a la Gran Madre a proteger la tierra. Luego de una profunda meditación y ofrendas simbólicas, los Mamos creen que ellos sostienen el balance de armonía y la creatividad en el mundo, los primeros hombres, los "Hermanos Mayores", mientras todos los que llegaron después son considerados como los "Hermanos Menores". La diferencia entre los dos es el conocimiento que sobre la naturaleza tienen los "Hermanos Mayores". Desde esa perspectiva, los "Hermanos Mayores" son los encargados de cuidar y preservar el mundo, tratando de velar porque el ciclo cósmico tenga un buen desarrollo. Pero según los Kogui, estos Hermanos Mayores se han ido perdiendo, el conocimiento original se ha ido extraviando, y solo algunos quedan para protegerlo.
- Más protectores existen en otros lugares, no solo Mamos. A veces, Lama vienen. Y con Mamos meditan.
- ¿Te refieres a los Lama, a los del Tíbet?
- Sí. Ellos igual saben. Vienen convivir con Mamos muchos años atrás y otras civilizaciones hay escondidas que igual saben, transmiten las historias, y equilibran la Tierra.
También nosotros nos tumbamos en la hamaca y miramos al cielo.
- No todo es perdido amigos. Séineken sigue…
Nos quedamos en silencio, y la pequeña Jimena, de 3 años, se recuesta sobre mí. Tarareo una canción, y mientras anochece, nos quedamos dormidos, escuchando lo que cuentan los pájaros.