Sabemos que Grecia es la cuna de las Olimpiadas. Desde el 776 a.C. se llevan a cabo estos importantes juegos deportivos. Pero, ¿conocéis por casualidad el origen de la maratón? Nosotros nos enteramos en Atenas, cuando paseábamos frente al arco de Adriano. Allí se encuentra el Olympieion, el Templo de Zeus Olímpico, donde nos contaron que murió Filípides tras pegarse unas pocas de carreras. ¿Quieres saber qué le pasó?
Resulta que los atenienses y los persas estaban enfrentados. Corría el año 490 a.C. En la llanura de Maratón, que estaba a unos 40 km de Atenas, los dos ejércitos estaban asentados preparados para el ataque. El rey ateniense ante el inminente asalto persa, decide pedir ayuda a los mejores soldados de las tierras: los espartanos (sí, los de la peli “300”).
Pero para ello, necesitaba un mensajero. Y ahí es cuando llega nuestro Filípides, el mensajero más rápido de Atenas. Al lado de él, la Amazon se queda corto: Filípides va y viene de Esparta a Atenas en dos días y para conseguirlo tuvo que correr ni más ni menos que… ¡246 km!
Según los relatos, en un día corrió más de 120 kms hasta llegar a Esparta. Pero todo fuera por salvar su tierra del ataque persa. Parece ser que la paliza valió la pena, porque los espartanos accedieron a ayudar. Pero aunque se conmovieron por el ruego y querían brindarles ayuda, no podían hacerlo de inmediato sin quebrar sus propias leyes. Era el noveno día del mes, y dijeron que no podían marchar hasta que la luna estuviera llena. Manías de Esparta. Vamos, que otra vez corriendo 120 km hasta Atenas para decirle al rey que sus colegas espartanos iban a tardar un poco más de lo previsto.
El chaval llegó asfixiado. Le dijo al rey ateniense que los espartanos ayudarían en 9 días, pero el rey no podía esperar tanto: los persas avanzaban. Así que ordenó a Filípides que fuera corriendo desde la colina de Maratón hasta Atenas y le dijera al pueblo que resistiera mientras los espartanos llegaban. ¡Otros 40 km hasta Atenas!
El chaval era un máquina, ¡pero no era todopoderoso! Consiguió llegar a Atenas y dar el aviso, pero tal como contó la noticia, le dio un patatús. Y dicen que justo donde exhaló su último suspiro, construyeron el Olympieion, y que en honor a él, se celebra desde entonces la carrera de Maratón.
Después de oír esta historia, ¡no te quejes tanto tras un rato en el gimnasio! ¡Piensa que en el caso del pobre Filípides, la expresión “me muero de cansancio” fue totalmente literal!